viernes, 19 de diciembre de 2008

Vendimia

VENDIMIA

Tienes ese holgado vestido verde sin mangas,
cuyo escote trasgrede mi paz.
Tres inmensos racimos de uvas sostienes,
tan delicadamente,
que se diría, temes lastimarlas.
De repente, una uva se desprende
y rueda en las laderas desnudas de tu seno,
y en tu afán por detenerla,
distraída aprietas los racimos
y virgen el mosto, te baña y transparenta.
Abstemio hasta ese instante,
logré embriagarme
en la dulce pulcritud de tu vergüenza.